Linda Merideña Es debidamente necesario resaltar las bellezas que el estado Mérida regala al mundo y sobre todo a los venezolanos. Al subir por la carretera trasandina, también llamada Troncal 7, en una bella tarde se pueden apreciar diversos tonos de verde que adornan el festival que miles de flores y otras plantas realizan durante las épocas de lluvia que las hacen bailar y gritar de alegría. Esta fiesta esta compuesta de un elemento en su plenitud, la felicidad. Algunas hojitas lloran de alegría, otras se acuestan tranquilas, atadas a esas ramitas o troncos que las sostienen, así descansan. Las flores por su parte, se visten para la fiesta de sus colores favoritos, las que han sobrevivido la dura sequia toman la decisión de embriagarse de agua aquellas noches, las que no, son celebradas en aquella fiesta por su fuerza, al lado de ellas, nuevos colores van a nacer en esta época ¡Ah, Mayo! Siempre te añoramos con sed. Las neblinas en esta carretera comienzan a engrosar sus capas, cegando a todo móvil que por estas vías se pasea. En afortunadísimas ocasiones puede encontrar alrededor de esta carretera por el paso de Santo Domingo cubierta de nieve. Un bonito pueblo de Santo Domingo se presenta a los ojos de los visitantes, con sus lagunitas y lagunas de origen glaciar embelesan a millones. Muchos turistas, mochileros y pueblerinos se bajan en “La parada andina” a comprar pastelitos andinos, sumamente baratos, en la ciudad es casi imposible para cualquiera conseguir pastelitos a ese precio. Un pastelito es un alimento similar a las empanadas, hecho de masa de trigo, con diferentes rellenos hipnotiza el paladar de muchos y sacia el hambre de los cuerpos, rellenos de queso, jamón con queso, queso con papas, arroz con carne molida y papas, pollo, entre otros. Las arepas andinas son otras de aquellas reliquias de los andes venezolanos que nunca se deja de pedir por estas calles, diferenciándose de las comunes en que estas están hechas con harina de trigo, que en el siglo XIX era únicamente cultivado por tierras merideñas. El frio que hay en Santo Domingo sin lugar a dudas te hace pedir más: Cafecitos, chocolate caliente, sopas, carnes, salchichas, refrescos, panes dulces, fresas con crema, ponche, el famosísimo “calentaíto”, bebida alcohólica que nunca dejan de pedir los turistas que pasean por los pueblos merideños. ¡Ah! Algunos hombres se atreven a comprarle a bellas mujeres algunas flores y recuerdos que muchos vendedores ofrecen, en sus tiendas, más bien cabañitas que hacen quitar el frío de encima, atraen a miles de clientes y le dan una oportunidad al turismo venezolano. A escasos metros y una subidita que hace recordarles a todos que hay escasez de oxígeno, se puede entrar al Parque Nacional Sierra Nevada, desde donde se ve la Sierra de Santo Domingo con sus picos imponentes, Mifés, Mucuñuque y la Silla del Caballo. 4670msnm tiene Mucuñuque, su punto más alto. Varias lagunas abren sus puertas por caminos bien marcados, la conocida Laguna de Mucubají, la Laguna Los Patos, Laguna Victoria y Laguna Negra, a estas se puede llegar caminando o pagando un caballo en la entrada del parque. Lugares naturales infestados de frailejones y su olor que da placer a los visitantes, vacas, mulas y caballos se pueden encontrar con facilidad en este parque, aves muy variadas hacen presencia aquí, la gallina de monte, el pato de torrentes, la cotorra, la pava andina, el quetzal coliblanco, el águila real, la urraca, el pájaro de agua y otros. El venado caramerudo, en peligro de extinción, puede verse en afortunadas ocasiones. A medida que se asciende a los picos se hallan cascadas muy hermosas y frías, la vida se va escapando de las alturas, quizás solo algunas aves deciden sobrevolar aquellos altísimos territorios, como lo hacen algunos colibríes que saludan a los montañistas que se acercan a aquellas cumbres. Apartaderos es uno de los pueblos que a mayor altura en el mundo se encuentra, el noveno más alto según algunos datos, 3505msnm lo protegen, es recomendable ir bien abrigado, un mal de paramo por estos caminos no es nada agradable. ¡Por cierto! Es costumbre de los merideños recomendar el jarabe de frailejón morado para pasar el mal de paramo, este escritor igualmente se los recomienda. Los síntomas del mal de paramo o mal de las alturas (“puna”, “apunamiento”, “sorojchi”) está acompañado de síntomas muy vagos, algunos pueden hacer presencia en el organismo, mientras otros son escondidos por anticuerpos que protegen al hombre: Somnolencia, pérdida del apetito, nauseas, vómitos y dolores de cabeza intensos. Es recomendable llevar al enfermo a una menor altura para evitar problemas mayores o suministrarle oxígeno, la aclimatación, natural evento, hará presencia pronto. Si los síntomas no desaparecen, es recomendable que el afectado visite un médico, en el pueblo de Santo Domingo y Apartaderos existe un ambulatorio asistencial y muchos pueblerinos decididos a ayudarle. El monumento a la Loca Luz Caraballo se encuentra en el mágico pueblo de Apartaderos, sea usted invitado a presenciar la escultura que allí de pie señala con un dedo algún lejano lugar que hizo errar a los españoles, para luego analizar el poema de Andrés Eloy Blanco sobre la historia de esta mujer. Debajo de donde se erige la escultura hay muchos lugares para comprar recuerditos y comida que le harán sentirse más cómodo. Muchos niños de cachetes sonrosados caminan por estos lugares dándole un toque mágico a este destino. Algunos perros cubiertos con muchos pelos dan la cara por la fauna canina nacional, la única raza de perros originalmente venezolano, el perro “Mucuchíes”, manchado de negro, blanco o marrón, hace sonreír a los visitantes que disfrutan haciéndole cariño a los peludos compañeros del hombre. No es recomendable comprarlos para llevarlos a vivir a terrenos más calurosos o con mucha menor altura, esta puede ser fatal para el pequeño animal. Algunos le conocen como “perro gocho” también. El libertador de Venezuela tuvo un can de esta raza llamado “Nevado”, quizás la imprudencia o ignorancia del dueño le hizo llevar a su mejor e ingenuo amigo hacia Carabobo donde hizo lugar en la Batalla que lleva el nombre del mismo estado, allí falleció “Nevado” a causa de una lanza que lo consiguió. Las carreteras siguen los caminos de muchos ríos que provienen del rio Chama, el sonido de las piedras que reciben el choque del agua puede apreciarse si usted busca un lugar bien silencioso cerca de estos ríos. El pueblo de San Rafael de Mucuchíes se caracteriza por su bellísima iglesia de piedra construida por Juan Félix Sánchez quien detrás es recordado por un pequeño museo. De la misma manera muchos lugares donde venden recuerditos y comida, colindan alrededor de la iglesia, atractivo lugar turístico bastante visitado. Cerca, pasa el río Chama, fuera de temporada es un lugar ideal para escuchar el choque que les nombre antes. El valle de Mifafi se encuentra en el camino al punto de carretera más alto de Venezuela, el pico El Águila, donde curiosamente se encuentra la escultura de un Cóndor. Combatiente se llama el cóndor que en la entrada del valle está siendo protegido, este tiene la libertad de salir de una jaula en varias momentos del día, sin embargo, es bastante triste ver a un ave tan impresionante permanecer gran parte de su día encerrada en una jaula, donde miles de personas lo ven, le toman fotos y algunas hasta lo molestan. El valle es un lugar de película, recomendadísimo lugar para mochileros y amantes de las travesías, recuerde siempre anotarse en las casillas de los guarda parques antes de emprender estos vastos caminos. En el observatorio astronómico de Llano del Hato se puede entrar y por un bajo precio ver las estrellas, planetas y satélites que engalanan nuestro universo, la vía láctea se caracteriza por sus colores, que desde este sitio pueden ser apreciados. Este se encuentra en el mismo camino hacia el valle de Mifafi, en la vía hacia Timotes. Muchos pueblitos ha saltado este escritor, sin embargo después de Mucuchíes conoce que tomando un bus hacia el pueblo de Tabay, se puede encontrar el camino para ascender a las termas de La Musuy, una pequeña tina natural con agua caliente que haría feliz a cualquiera, sobre todo en ese frio arrollador que allí vive. Tabay, el pueblo de los recuerdos, algunos muy chistosos, otros tristes y unos muy felices. La bonita plaza exhibe al libertador sin su espada, esta fue robada, al menos así parece más guerrero nuestro libertador, guerreando sin espada. Adornados arboles con barba de palo le dan un aspecto diferente y curioso a esta Plaza Bolívar. Un puestico de ventas de pastelitos es lugar de manjares por la mañana al este de la plaza se puede encontrar con un lugar donde venden desayunos, pastelitos, empanadas, arepas, jugos, café, chocolate y otros. Una señorita de tez blanca, voz dulce y trato amigable le atenderá muy bien y usted quedará sorprendido de lo económico que le saldrá comer allí acompañado de un buen trato. Pregunte a un pueblerino y seguramente le señalará el bonito y humilde lugar. He leído muy seguidamente que los merideños son así de serviciales porque viven más cerca de los cielos, donde Dios desde cerca les enseña lecciones de vida. Aun se puede ver el sudor que derramaron aquellos presidiarios, a los cuales fue encomendado el arduo trabajo de construir esta carretera, en un viaje por estas vías de seguro se recordará de ellos. A partir de allí, la ciudad de Mérida se acerca para darles más calor a los enfriados visitantes que recorrieron aquellos caminos por la carretera trasandina. Mérida ofrece diversos lugares para visitar con esplendidas historias: La heladería Coromoto o de los mil sabores que paradójicamente tiene registrados 860 aproximadamente hasta el día de hoy. Aproveche usted de pedir sabores que en ningún otro lugar encontraría, solo por curiosidad, no pida solo sabores que usted sabe que no va a querer probar jamás, intercale. Si pide solo sabores malucos probablemente terminara botando su helado por la papelera. Se ubica a un lado de la Iglesia de San Miguel de El Llano, no muy lejos de la plaza Bolívar merideña, a unas 6 cuadras hacia el norte. La plaza Bolívar merideña, esta hizo escribir letras de amores a Pedro Castellanos, posteriormente esas melodías y esa letra hizo enamorar a miles de mujeres y hombres. Ubicada en su lado este la Catedral de Mérida, con un estilo Barroco-Neo-Clásica adorna de gris estas calles, parece ms bien de estilo Gótico, sin embargo nos han informado bien que posee diferencias bien contrastantes. La gran cantidad de posadas y hoteles que se ubican en estas calles hace notar sencillamente que Mérida es un punto de gran interés turístico. Existe un lugar en el cual se pueden almorzar o cenar sabrosas pizzas, se ubica cerca de la Plaza Sucre, en la Calle 13 Colón, en frente de un colegio con el nombre de San José de la Sierra. Allí, a excelentes precios se puede disfrutar con familia, amigos o en pareja de buenas comidas, para luego caminar por la plaza y si las piernas aguantan un poco, caminar hasta la Plaza Las Heroínas. No cabe duda que la plaza es un lugar mágico, lleno de colores y cultura, allí se pueden visitar las instalaciones de lo que algún día será el teleférico de Mérida que tiene vastos años en remodelación, sin embargo, parece ser este un lugar que no defraudará a nadie, de calidad y alto nivel. Esperamos que así sea y no sea otra decepción para los venezolanos, cansados de aplaudir construcciones deficientes, penosas y vergonzosas que los gobiernos construyen mandan a construir. ¡Ah! El Mercado Principal de Mérida, es un lugar de la gente, repleto de puesticos adornados con muñecos, botellas y miles de chucherías que sin duda va a terminar comprando. Ponches de sabores diversos, hasta de cocosette y oreo puede encontrar. Mermeladas artesanales, dulces de leche, chocolate, café, cacao, arepas andinas y más cosas va a conseguir para llevar a sus seres queridos. Arte de todo tipo, recuerdos pequeños también para los más queridos. El levantón andino es otro de los representativos recuerdos que puede hallar en el Mercado, tiene algunos componentes afrodisíacos, tiene entre 20 y 25 ingredientes ¡Imagínese! Vinotinto, huevos de gallina, fresas, melón, mora, piña, huevos de codorniz, ojos de toro, leche, cereal, huevos de bagre, ron, cerveza, entre otros. Esa fue la bebida que nos tomamos junto a Nacha y Yael en nuestro encuentro fugaz y afortunado en el Mercado Popular de Mérida. La felicidad que tenía antes de tomar la bebida anuló todos sus efectos. Existe una infinidad de lugares por nombrar aquí, lugares a los cuales el escritor ha visitado en sus viajes a Mérida, a pesar de esto, es necesario concluir por ahora, Mérida merece un libro entero para ser descrito, próximamente la dedicación de este autor se instalará en la realización de dicho libro. ¿Quieres ver todas las fotos de mis viajes a Mérida? Te los dejo por el siguiente link: Mérida: Donde se esconde la nieve
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Los pequeños amigos. Canis lupus familiaris-Subespecie del lobo-. Existen en las calles de ciudades, pueblos pequeños, la montaña, las playas, la Gran Sabana, infinidad de lugares, donde hacen presencia importante una serie de personajes que historias interesantes tienen. Su vida está llena de peligro desde su nacimiento, muchos viven en la calle, la búsqueda de comida es una travesía muy complicada para ellos, algunos pasan días enteros sin comer, en malos días tienen la obligación de pelear por comida, situación que les hiere físicamente, incluso causando la muerte de algunos. Las autopistas suelen ser un problema para ellos que por su ausencia de sentido común son atropellados en las mismas. Ellos con cariño nos reciben en cada uno de nuestros viajes, nos acompañan, nos cuidan, conocen de la humildad y la olfatean a kilómetros. Son el mejor amigo del hombre, el mejor amigo de la mujer, un buen amigo de la naturaleza, hay algunos perezosos, otros muy emocionados e hiperactivos, algunos muestran un semblante de seriedad y templanza tremenda, otros parecen infantes y juegan contigo hasta que te canses y no puedas más, en especial existen algunos que buscan refugio y vida colocándose a tu lado buscando así algo de calor. En nuestro primer viaje visitamos el estado Lara con mochila: Cuando visitamos Carora y en su plaza Bolívar nos sentamos a comer, un grupo de estos amigos se acercaron a nosotros con su lengua sobresaliente y esperaron de nuestro apoyo para ser alimentados, se me regó el aceite de una lata de atún en el suelo y ellos con desespero se lanzaron a probar aquel manjar, un gato que se encontraba a unos metros los observaba diciendo: -¡Qué falta de clase tan grande! ¡Vagabundos!- Esa tarde fuimos a casa de Mariangel, prima de Henry, dos perros nos abordaron rápidamente, uno más activo que el otro, celebrando nuestra llegada: -¡Nuevos amigos, nuevos amigos! ¿Qué me trajeron? En días posteriores un posadero en el parque nacional Dinira nos contó la historia de su famoso canino: el perro drogadicto y borracho, este se comía los pasteles de marihuana del dueño, se montaba encima de las mesas en las licorerías para tumbar las botellas de cerveza y luego beber el líquido que de ellas escapaba, pero era listo, esperaba hacer esto cuando todos en el lugar habían sido abordados por los efectos del alcohol. Un día casi tumba a su dueño de un caballo por un barranco, estas locuras causaron su inevitable sacrificio. En Cubiro un pequeño can de color negro se acercó a nosotros para jugar y regalarnos sonrisas. Posteriormente hicimos un viaje a Mérida en busca de alcanzar la cumbre del pico Mucuñuque, allí a mitad de ascenso un compañero se unió al grupo, un bellísimo perro de pelos lisos y color beige, bastante claro, casi blanco, nos acompañó el resto del viaje, cuidando nuestra integridad que parecía perdida luego de aquel durísimo ascenso, es uno de los más queridos amigos que hemos encontrado, es muy conocido en la Sierra de Santo Domingo, algunos le llaman Mifés, el nombre de una de las cumbres. En nuestro viaje por La Gran Sabana tuvimos la suerte de conocer dos peludos compañeros en el pueblito de San Francisco de Yuruaní, estos nos acompañaron durante nuestro primer día de viaje, cuando íbamos a los balnearios de Saro Wapo desesperadamente conseguimos una cola (aventón) y nos montamos en el camión sin pensar en nuestros amigos, ellos nos persiguieron, corriendo con todas sus fuerzas y grandes sonrisas hasta que la autopista los hizo desaparecer de nuestras vistas, cuando nos dimos cuenta no podíamos sacarnos de encima el sentimiento de culpa por abandonarles. El viaje santo, caminos que recorrimos por Mérida en la semana santa, fue un viaje de perros mucuchíes, raza canina de origen venezolano, que en esta ocasión fue abordado varias veces por Rafael y Vanessa, querían comprar uno y llevarlo a vivir en sus hogares valencianos, sin embargo, muchos nos decían que estos pequeños no aguantan las altas temperaturas que azotan el hornito valenciano, entonces debieron dejar ese sueño atrás. En la Mucuy Alta conocimos a Humboldt, el perro con el nombre del gran genio, es un mucuchíes pirineo bellísimo y de gran tamaño que recibe con amor a casi todo el que visita la Mucuy Alta, protege a los viajeros y gruñe a los alcohólicos que ensucian el lugar, es un buen amigo para los mochileros de montaña. Me despedí de él tomándole una tremenda foto, el tipo hasta posó para la foto. En un viaje que hicimos a Chuao, el poblado chocolatero de la costa de Aragua, muchos perros nos acompañaron en la playa, para allá y para acá, recuerdo que uno de ellos quería atacarme al ver que me acercaba a Andrea, una de nuestras compañeras, decidí permanecer lejitos. Ahora bien, les contaré la historia de Cacao: Ella es una perrita mestiza de color negro que Gustavo se encontró abandonada en uno de sus viajes a Chuao, decidió traerla a Valencia y cuidarla, en su hogar este gesto no fue muy bien apreciado, la hermana de Gustavo, Vanessa, si se encariñó con la pequeña perrita que parecía estar enferma. Hicimos luego un viaje a Tuja, otra de las playas de la costa aragüeña, Gustavo llevó a Cacao para este viaje en el que tristemente se empeoró su estado de salud. En Tuja conocimos muchísimos perros, este poblado tiene más perros que humanos habitándolo, quizás esto también influye en que sea uno de los paraísos venezolanos. Uno de ellos nos acompañó en nuestro camino hacia un pozo muy particular, él amigo de pelos negros nos escolto hasta el pozo, protegiéndonos de muchos perros que se interponían en nuestro camino con ladridos y rabia. Cacao superó este viaje. Luego Gustavo, Eduardo y yo decidimos emprender el duro camino para ascender el pico Humboldt en Mérida. Gustavo dejó a Cacao en Valencia, siendo cuidado por Vanessa, a pesar de todo, fue inevitable la separación de Cacao, la regalaron a un portugués durante esa semana que estábamos en Mérida. Este le cambio el nombre a la pequeña, ahora se llama Azabache y al parecer el portugués quedo enamorado de ella, incluso hay sospechas de que se la coloca como un collar en su cuello y así la lleva cargada por las calles. Puede ser un final triste para algunos, pero para este escritor esto es un final feliz, Gustavo vive viajando, era complicado para él llevar a cabo la dura tarea de cuidar a la pequeña que probablemente se iba a quedar encerrada muchos días en el apartamento en que Gustavo vive, triste esperando con anhelo la llegada de su padre. Gustavo hizo una gran labor, le dio vida a quien parecía no tenerla. En ese viaje para ascender el Humboldt nos encontramos con el perro homónimo que le preguntaba a Gustavo: -¿Y dejaste a Cacao solita en Valencia?-Luego de esa pregunta comenzó a jugar con Alfredo, nuestro guía de viaje que lo molestaba. También conocimos al contraste total de Cacao, una perrita pequeña mestiza de color blanco que en la Mucuy Alta se acostó en mi bolsa de dormir para protegerse del frío, muy similar a Cacao, esta se llama Mucuy. Posteriormente el frío nos obligó a visitar las playas Carabobeñas, allí muchos perros en la playa nos seguían preguntándonos: -Hey ¿Qué paso al final con Cacao? Nos hemos enterado de su historia. -Si ¡dígannos! Así nos perseguían mientras sus patas se quemaban con la arena calentísima por el sol que la arropa. Uno de ellos se acostó con nosotros cerca de un lugar con sombra y permaneció allí largo rato en el cual comió bastante de nuestros alimentos. En un momento se estaba quedando dormido y así nos despedimos. Hace unos días fuimos a Los Valles Altos de Carabobo y en uno de los caminos recorridos una bandada de perros se atravesaba en los caminos, acostados bajo la sombra imponiendo sus leyes, estos parecían estar enterados también de la historia de Cacao según lo que nos decían. Gustavo tiene ahora una fama con los perros tremenda, ellos le aprecian mucho y él les aprecia y juega con ellos. Es una fortuna tener a estos fieles compañeros a nuestro lado durante los viajes, han cambiado nuestros viajes, haciéndolos más prósperos. ¿Es nuestro deber cuidarles, darles cariño y alimentarlos? Si, compartir es una cualidad humana que todos debemos imponer sobre el resto para dar así mas vida y sonrisas. Infalibles cualidades de los perros ayudan al hombre ¿Por qué no los ayudamos a ellos entonces? Es difícil si, pero no imposible, existen muchas maneras, un poco de comida, un poco de cariño, un poco de agua, un poco de juego, algo de calor y quizás lo máximo es llevarlo a tu hogar para cuidarlo. Aldous Huxley planteó una frase muy bonita que dice: “Todos los hombres son dioses para su perro. Por eso hay gente que ama más a sus perros que a los hombres” Son así, nos tratan como dioses, ¿Animales? Bueno yo prefiero decir amigos, sabios compañeros que no saben que son sabios. Pero bueno, tantas palabras no le llegan ni a un colmillo a estos perros para quitarle el hambre así que nos toca continuar trabajando para darles más vida a los pequeños amigos. Vanessa Celis Esta pequeña amiga es quizás el espíritu que inició esta enfermedad que se ha vuelto una locura para sus tres más pequeños amigos, incluido allí su hermano menor. Ella inspiró primero a Gustavo y a Henry a viajar por Venezuela, esto, luego de una terrible depresión y confusión sucedida posterior a los terribles hechos que marcaron a Venezuela en el mes de febrero de 2014 y tristemente formaran parte de las páginas de los libros de historia de Venezuela. Es dificilísimo contener las lágrimas después de tantas cosas que sucedieron, tanta sangre derramada injustamente, corazones heridos hasta lo más profundo de sus nervios que hoy imploran al cerebro evitar recordar tantas memorias terribles. Posteriormente estos dos personajes me invitaron a emprender caminos poco transitados y otros muy transitados por Venezuela. Agradecido más que nunca con Vanessa, quién encendió la chispa y nos hizo felices a tres personas, y estas tres personas estamos ahora luchando para hacer felices a muchos venezolanos aunque estos, fuerte oposición impongan. Las cadenas se han ido rompiendo poco a poco, nuestro mensaje está llegando, diferentes aves están volando alto, altísimo por los cielos venezolanos tratando de llegar a los balcones de bellas jovencitas y hombres con deseos de amar verdaderamente a Venezuela, para así poder imponer el verdadero himno que necesitamos escuchar los venezolanos, ya cansados de tanto odio y tanta charlatanería que nos han hecho escuchar. Vanessa no ha sido tan fiebrudita (apasionada) por los viajes como nosotros, sin embargo, cada viaje en que nos acompaña nos hace reír con sus chistes y su aguda voz que se hace chillona en ocasiones para hacernos reír. Particularmente ha llamado mucho mi atención su bondad, su preocupación por el menos favorecido, el económicamente pobre, el niño con hambre, el enfermo, el pequeño cachorro que vive en las calles siempre alegre esperando comida de algún extraño o al menos alguien que juegue con él un rato; esto también me ha hecho evolucionar un poco en mi carrera de estudios universitarios. La medicina aplicada con su forma de pensar es en verdad lo primero que deberíamos aprender en la carrera de infinitos libros e infinitas horas sin dormir, lastimosamente no puede existir una materia que enseñe estos gestos, la medicina lo ha intentado pero parece que ha fracasado, la deshumanización de la medicina la veo desde hace poco a diario, en tercer año de medicina cuando en las clases el paciente es utilizado como una máquina de auscultación, de palpación y percusión, triste, triste, triste. Esta característica humanista ha destacado (al menos en mi opinión) en Vanessa más que en cualquier otro amigo o conocido cercano. Tampoco todo es de así de bonito pues, también nos hemos tenido que aguantar unos cuantos gritos de Vanessa en los viajes cuando hacemos algo que en realidad no está bien pero los climas violentos han modificado nuestro temperamento y nosotros luego el de Vanessa. Ella se ha aguantado todas nuestras necedades y nosotros las de ella, ella nos ha distraído con cuentos excelentísimos esos interminables días de “estudio”, nos ha cocinado las mejores hamburguesas de atún que alguna vez probamos (quizás las únicas), además cabe destacar que ella voto “SI” a seguir el camino hacia “La fosa” aquel día de tormenta en la cima del monte Roraima, lo cual es una decisión admirable y de fuerza superior. Vanessa no tiene blog, con esto contrasto lo maniáticos que nos hemos vuelto con los viajes y la templanza que ha mantenido nuestra pequeña amiga. |
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También incluyo la sección ¿Con quién deberías viajar? Chuao es un paraíso de atardeceres venezolano
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Y si la montaña es muy grande, toma las precauciones necesarias
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